miércoles, 22 de diciembre de 2010

Al amigo Don Fausto

Entre líneas

Columna publicada el lunes 20 de diciembre en diario la Crónica de hoy en Hidalgo

Aída Suárez Chávez

Esta tarde es diferente porque ya no estás aquí, pero tus enseñanzas, tu pasión por el periodismo, tu claridad en la dedicación hacia lo que se requiere de la información, siempre fueron eso, dadas con claridad.

Don Fausto Marín Tamayo dejó de existir el lunes 13 de diciembre, al día siguiente, le dijimos hasta pronto.

Don Fausto Marín Tamayo, el periodista, el hombre sabio, culto, fue director de El Sol de Hidalgo, durante 35 años, escribió todo ese tiempo sobre Hidalgo, pero también de Puebla que adoptó y de Culiacán, Sinaloa, lugar que lo vio nacer hace 88 años.

Conocedor de la buena música, del piano, de las sinfonías y del jazz; lo mismo que de la historia y sus recovecos, de las anécdotas y la conversación. Ha sido maestro de varias generaciones de periodistas que han pasado por El Sol de Hidalgo. Hoy ya descansa después de diferentes enfermedades que, sólo eso hizo permitieron que hiciera un alto en el camino.

Don Fausto Marín, o el Señor Marín o el flaco, como le decían algunos muy cercanos; gallardo y disciplinado, estricto en las órdenes para hacer un periódico y crítico eso sí, con cualquiera que fuese la causa, que si el Pachuca andaba mal, lo decía; que si los gobernantes no le atinaban, lo decía; que si reporteras y reporteros de El Sol, el periódico, no escribían bien, también nos lo decía.

Hombre que cuidaba estrictamente su alimentación y que en los últimos meses, por su condición no aceptaba caminar con bastón, siempre dijo que hacía un periódico de información general de carácter popular, léase El Sol de Hidalgo.

Don Fausto o el Señor Marín, como le decía yo, queda en la memoria, en el corazón, en el recuento de este día, de esta hora, de mujeres y hombres que siguen El Sol, por el devenir de esta ciudad, de este estado.

Hasta pronto amigo SEÑOR FAUSTO MARÍN, nuevamente te dedico este programa, ALAS RADIO, a sus hijas Laura, Eva, Ana, Diana, sus hijos Antonio y Eduardo, a su primera esposa y en segunda nupcias a Dolores, con respeto y mi agradecimiento de siempre.

Hoy da inicio una nueva etapa con Carlos Sevilla, su inseparable amigo y compañero. Mis mejores deseos.

*Texto leído en Alas Radio el martes 14 de diciembre

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