domingo, 9 de septiembre de 2007

Ponchito y las yemas de sus dedos; un día en la Biblioteca Central

A PRIMERA VISTA

Publicada el 6 junio 2007 en Diario El Reloj de Hidalgo

Ponchito y las yemas de sus dedos; un día en la Biblioteca Central

Aida Suárez Chávez

Ponchito toca todo con las yemas de sus dedos, palpa a la perfección los detalles. Una sonrisa es la que da como respuesta cuando su oído escucha palabras que busca: todo sobre el conocimiento.

Él tiene cáncer en los ojos y no puede ver. Muy gustoso recorrió la Biblioteca central “Ricardo Garibay” de Pachuca y la conoció a la perfección. Hasta le puso nombre a un títere, un rinoceronte que desde el viernes pasado se llama “Cuernitos”.

Ponchito gusta de la geografía e historia. No deja de ir a la escuela “Benito Juárez” de Zapotlán. Lo lleva su mamá todos los días, es maestra de esa escuela. Quiere saber de todo y todo se lo pregunta a su mamá. Ella ahora sabe que la Biblioteca le ayudará a resolver las dudas de su hijo. No solamente consultará los libros en Braile y las computadoras altoparlantes, también le leerá otros libros del acervo.

La Biblioteca Central es así una de las más modernas en el país, que responde a la tecnología y la arquitectura para débiles visuales y personas con capacidades diferentes.

“Se cumple un reto” afirmó Lourdes Parga, directora general del Consejo estatal para la cultura y las artes de Hidalgo.

Trabajo intenso realizado a lo largo de casi cuatro años de trabajo, desde su construcción, en la anterior administración, hasta el equipamiento y amueblamiento del sitio.

Está ubicada en el Parque Ben Gurión, en la parte sur de la ciudad de Pachuca, que ahora es más visitado por la apertura de esta Biblioteca. Ofrece hoy un servicio que si bien, se había ofrecido en sus anteriores instalaciones, en el Río de las Avenidas, cuenta con un acervo más amplio, instalaciones confortables y hechas ex profeso para una biblioteca de este tipo.

Además de los salones de consulta, cuenta con salas del Fondo Hidalgo, de Internet, audiovisual, Bebeteca, de conferencias y cubículos para grupos de trabajo. Para el uso interno están las salas de catalogación y reparación de los materiales que resguarda la Biblioteca.

Poco más de cuarenta personas atienden todas las áreas. Desde el personal de intendencia hasta los especialistas en catalogación, biblioteconomía y guías como Zacarías que se encarga de “mostrar” las instalaciones a los débiles visuales.

Si bien faltan señalamientos para indicar los pasos a seguir para acceder a la “Ricardo Garibay”, las y los usuarios han llegado. Ofrece otro escenario interno y externo. Es nueva y funcional.

Lourdes Parga señaló que el edificio que abandonó la Biblioteca es ya utilizado por diferentes direcciones y departamentos del Cecultah, como la Red de Bibliotecas, Investigación y alguna otra área que se mudará a ese sitio.

Vaya que estar un día en la Biblioteca Central “Ricardo Garibay” no sólo se disfruta de un sitio funcional que ya requería Pachuca, también es grato permanecer ahí ante un lugar que ofrece conocimiento.

Un gran paso hacia la lectura.

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