jueves, 19 de abril de 2007

La asistencia social de Laura Vargas

Publicada 23 marzo 2007 en Diario El Reloj de Hidalgo

A primera vista

La asistencia social de Laura Vargas

Aida Suárez Chávez

Convencida de que no alcanzará ni el tiempo ni los recursos para responder a las necesidades de la población en Hidalgo, Laura Vargas está por cumplir dos años como presidenta del DIF estatal, al lado de su esposo el gobernador Miguel Osorio.
Con varios años en la administración pública, previo a su nombramiento como presidenta del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia, acepta que nunca se imaginó ocupar este lugar para atender directamente la asistencia social de las familias, tarea que ha sido una enseñanza de vida.
Madre de Miguel y Laura considera que ha sido un privilegio ofrecer pequeñas cosas a las familias, lo que llega, incluso, a cambiarles la vida.
Una tarea humana, gratificante, que como dice Laura “me ha enseñado a ser feliz”.
Enclavados en una sociedad que ha cambiado, que no es la misma de hace diez, ni veinte años, las acciones en materia social no son únicamente aquellas que ofrecen sillas de ruedas o aparatos auditivos. Son también las que obedecen a acciones de prevención, de autoestima, de unión familiar, de sensibilidad; a los problemas que vive un gran número de familias.
El Sistema DIF con varios programas a nivel federal, también da oportunidad de que cada estado hilvane sus propias acciones, de acuerdo a las necesidades de la población, de las características de la población que habita cada entidad.
Hidalgo no se queda atrás con sus programas propios y con la posibilidad de ampliar recursos, llevar apoyos a sitios cercanos pero también a los más apartados del estado.
Con el programa “Familias que aprenden” madres y padres de familia han recibido información de cómo mejorar la convivencia. De 18 mil que han acudido, cinco mil ya están graduados. Ahora falta que practiquen.
Una de las mayores preocupaciones para Laura Vargas es la violencia en la familia. Daña la autoestima de las y los hijos, la comunicación entre madres y padres de familia y la que provoca otros daños. Laura ha seguido el modelo de “Vacunación contra la violencia” que emprendió Carmen Rincón hace varios años. Por lo menos dos dosis al año se ofrecen entre las familias. Siempre se esperarán más, además de la respuesta en el cambio de actitud.
Sin duda, la existencia de niñas y niños golpeados, abandonados, muchas veces por sus propias madres, es lo que confirma que debe haber asistencia social. Ojalá no la necesitara el estado, pero se requiere hasta en los países desarrollados.
Hidalgo no es la excepción, su geografía impide que los apoyos y los servicios indispensables como salud y educación, lleguen rápida y directamente. Pero ahí está la asistencia social, los apoyos alimentarios, la rehabilitación a personas con capacidades diferentes y muy pronto habrá, en Pachuca, un centro que atienda a quienes las adicciones les ha provocado pérdida de consciencia y otros problemas.
En fin, que si de asistencia social se habla, de atender a la población vulnerable, se podría decir que en todas partes y a todas horas es necesario.
Laura Vargas de Osorio lo sabe y sabe también que no hay espera, que el aquí y ahora son necesarios todos los días.

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