Mario Viornery y sus historias

Publicado 28 marzo 2007 Diario El Reloj de Hidalgo

A primera vista
Mario Viornery y sus historias
de familias de inmigrantes



Aida Suárez Chávez


Unos tres años y sus horas llevó a Mario Viornery Mendoza a recopilar historias de familias de inmigrantes que encontraron en Hidalgo un sitio para mejorar su economía y estabilidad.
Así, a esa distancia, Mario publica el libro “Pachuca-Real del Monte. Esperanza de inmigrantes” con una investigación acuciosa del arribo de judíos, franceses, suecos, ingleses, armenios, alemanes, españoles, libaneses y chinos.
Provenientes de Europa, los extranjeros encontraron oportunidades de desarrollo e incluso aportaron a la economía hidalguense al fundar ellos mismos negocios y distintos tipos de establecimientos, a la usanza de su país.
Las familias siguieron creciendo y hoy se habla de cuatro generaciones, de las que da cuenta Viornery, el arquitecto, el ex presidente municipal, el político, hoy presidente del Consejo consultivo ciudadano de Hidalgo.
Un libro extensísimo, impreso en papel couché, con portadas en blanco y negro así como sus interiores, al cuidado en la redacción, de Marcial Guerrero.
Mario reunió los artículos publicados, desde hace varios años, en El Sol de Hidalgo, los amplió y, además de agregarles fotografías, incluyó documentos que enriquecen aun más el recorrido de la historia de los inmigrantes en Pachuca y Real del Monte, principalmente.
Pachuqueño de nacimiento, desde niño incluyó en sus juegos o tradiciones familiares, algunos platillos a la usanza española o libanesa. Vio crecer a otros niños como él pero de distinta nacionalidad, o bien, con padres de otro país.
Mario se ha entrometido en los archivos y baúles de los inmigrantes-pachuqueños que han adoptado esta tierra como propia, que la han visto crecer y, al mismo tiempo, han crecido con ella.
En esta primera entrega, porque se espera que le sigan otros números, Mario Viornery Mendoza empeña su palabra con apellidos como Himelfard, Chong, Tellería y Bulos, publica sus fotografías, las de los abuelos en primera comunión, o despachando en la tienda, o bien aquella que reúne a los amigos jugando golf.
Esa profesión de arquitecto-político-administrador le queda bien a Mario, pero también, diría yo, la de investigador-historiador de las familias que llegaron un día para quedarse. Como muchos que han llegado a Pachuca y la han adoptado para bien morir.
Hace nos días Mario presentó el libro acompañado de representantes de las familias a las que entrevistó y fue muy singular observar caras conocidas de las familias inmigrantes que si bien es cierto, no son de aquí, son de allá y a los que no son de allá, son de aquí.
En fin que de todos modos siguen siendo familias conocidas en el extranjero y reconocidas en Hidalgo que lo mismo se han dedicado a la minería que al comercio.
Aunque diga Mario que no pretende que el libro sea de consulta, lo será, porque aborda un asunto querido, recordado y de añoranza por las familias que. Y que, simplemente, no se debe olvidar.
Felicidades Mario.