sábado, 6 de febrero de 2010

De hombre a hombre: cambiar para sentir y ser mejor padre y pareja


Publicado por revista Alas de junio 2009


Precisamente hoy, cuando se habla de equidad de género, es hablar de mujeres y hombres con una relación equitativa, con mayores posibilidades de expresar sus sentimientos

Texto: Aída Suárez Chávez


Frases como “No llores, aguántate, los hombres no lloran” o “No juegues con niñas, pareces maricón” han enseñado a diferentes generaciones que los hombres no sienten y que deben estar por encima de las mujeres. Hoy, las cosas han cambiado.

Ser una sociedad que incluya a mujeres y hombres, sensibles, responsables y respetuosos, genera una mejor convivencia, más aún cuando tienen en común hijas e hijos.

Los sicólogos Edgar Ernesto Ángeles Herrera, subdirector Equidad de género; Carlos René López Ávila y José Luis Monzalvo Rodríguez, asesores del Instituto Hidalguense de las Mujeres consideraron que el reto, aunque complicado es empezar a analizarce uno mismo, hacer a un lado lo que se conoce como modelo a seguir y dejarse de preocupar por la imagen que de ante la familia y amigos, como el hombre fuerte, poderoso, aguantador, violento y macho.

Consideraron que a partir de la década de los 90 se han hecho estudios para conocer esta relación y los resultados son que: falta mucha concientización entre los varones.

Sin embargo, se han dado cambios en las relaciones de pareja, antes no salían a trabajar los dos, hoy lo hacen y comparten responsabilidades y actividades, lo que forma parte de un proceso de actitud, de aceptación.

A pesar de que se trabaja con los hombres en talleres y conferencias, los varones generan mucha resistencia, porque se cuestionan su propia identidad.

Han trabajado con grupos específicos como jóvenes, policías y hombres que generan violencia. Y una vez que se permiten hablar de la historia masculina, es cuando se dan cuenta de que “somos unos completos desconocidos para nosotros mismos”.

Reconocen que quieren ser mejores padres y notan que también necesitan cambiar con su pareja, porque observan que han reproducido conductas aprendidas con sus propios padres.

A su vez, explicaron, los jóvenes ven su imagen confusa, contradictoria, porque tienen la necesidad de ser aceptados por los demás. Es decir, si no se cumplen con los estereotipos, son excluidos por los demás. Lo que les provoca angustia.

Por eso recomendaron ir paso a pasito. Primero autoanalizarce, reconocer la necesidad de poder desarrollarse mejor con la pareja y pedir ayuda. Los hombres somos fuertes, no pedimos ayuda. Es lo que se les ha enseñado. Que piensen que no pasa nada si piden ayuda. Aprender a escucharse y responsabilizarce de sus actos. Que reconozcan si han sido violentos económica, física y patrimonialmente.

Los especialistas, consideraron que el ejercicio de la masculinidad también es un asunto de leyes, políticas públicas, porque hay que asumir que es un problema que afecta a la sociedad. Si no se acepta, se invisibiliza el acoso o la violencia.

Consideraron necesario realizar el trabajo conjunto. Hablar de la institucionalidad de la perspectiva de género, sensibilizar los asuntos de familia y educación.

Los hombres también necesitan permisos de cuidados paternos, no sólo necesidades económicas, también la parte afectiva y desde pequeños. Apoyo de las empresas para permisos de acudir a las escuelas y hospitales para ver por su familia.

En suma, dijo cada uno: trabajar con uno mismo para reconocer que se requiere un cambio. Cuesta mucho trabajo mover consciencias y formas de ser, pero se puede lograr. Que el ejercicio de ser hombres signifique cosas positivas y, desde el bienestar se puede estar bien con la familia y la sociedad.

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