sábado, 6 de febrero de 2010

Medalla al cuello para Miguel Ángel Granados Chapa

Publicado en revista Alas nov 2008


Unos días después recibió la medalla “Belisario Domínguez” que le otorgó el Senado de la República. En la intimidad despidió a su hermana Emelia

Texto: Aída Suárez Chávez

Miguel Ángel Granados Chapa se constituyó en el primer periodista hidalguense que recibe la medalla “General Pedro María Anaya”, personaje del que reconoció como “lección para defender la soberanía siglo y medio después”.

El Congreso del estado de Hidalgo decidió por unanimidad entregarle la distinción de manos del gobernador Miguel Ángel Osorio Chong, quien destacó al periodista y abogado, el talento, tenacidad y espíritu de lucha, y quien ejerce la crítica a partir del debate.

En sesión solemne, ante políticos, diputados, servidores públicos, medios de comunicación, periodistas, familiares y amigos, Granados Chapa pronunció un amplio discurso, con vehemencia, con congruencia.

Y una vez con la medalla en el cuello, dijo, entre otras cosas:

“Recibo con orgullo la presea que otorga el Congreso del Estado de Hidalgo, por que se refiere a una vida de esfuerzo cuyo fruto ha sido posible por el amoroso acompañamiento de mi familia, la de la casa paterna y la que la vida me ha permitido construir. Propiciaron también mi desarrollo, las instituciones educativas de la república, que necesitan del refrendo de los representantes populares donde quiera que esté en riesgo el Estado laico, piedra angular de nuestra convivencia democrática.

“Como periodista de ya dilatada presencia en los medios de comunicación, entiendo que en mi persona se distingue y reconoce el papel del periodismo comprometido con el cambio democrático y el de sus laboriosos profesionales, mis compañeros en el cotidiano ejercicio de la información y la opinión”.

Ahí lo escuchaban fielmente los periodistas Carmen Aristegui, Ricardo Rocha, René Delgado, Virgilio Caballero, Ramón Corral, José Paoli Bolio, Alfredo Rivera Flores, quienes han estado muy de cerca de Granados.

Honor a quien honor merece.

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